Todo reloj tiene alma, algunos no merecen larga presentación. Acá dejo la documentación gráfica del «OMEGA Seamaster Diver 300» que tuve la suerte de manipular casi en secreto.

El Tío de mi señora se llama Alberto y es de esos familiares que son auténticos en toda regla. El tipo lleva un OMEGA Diver 300 desde que lo conozco y llegó el momento de que su reloj tan querido pasara por nuestro taller. Y creo que era necesario por varias razones:

Así fue como persuadimos para que el Tío Alberto soltara el reloj con la excusa de arreglar un detalle en la corona que no terminaba de cerrar: una pavadita. Está claro que la restauración fue una revolución en la familia por los resultados del reloj muy rodado pero que funcionaba dignamente pero volvió a RE-ESTRENARSE con fecha muy cercana a su cumpleaños! Pero antes sometimos al Seamaster a una limpieza o debarre, lo dejo a su criterio

Al realizar el service de la máquina fue un placer confirmar que ciertas cosas están bien construidas mas allá de si te gusta o no. Si bien no es un reloj nuevo con la última tecnología incorporada por OMEGA con certificaciones METAS y escape de Silicio (Si14) es de lo relojes que son para toda la vida.

Un reloj de un uso cotidiano que fue y vino varias veces por el mundo de la mano del tío para llenar de alegría su muñeca. Un viejo tornero especializado en relojería re-hizo la rosca interna del tubo de la caja. Fue el trabajo mas difícil , sobretodo para encontrar quien lo hiciera, ya que conseguir las fornituras originales es imposible y las fornituras adaptables no llegaban a satisfacer en cuanto a calidad y la adaptación suponía mas un problema que una solución. Apelamos a mantener todas las piezas originales cuando apareció un profesional que pudiera realizar ese sencillo paso pero complejo de realizar.

Una vez resuelta la «pavadita» del tubo, se le hizo un service completo a la máquina con la precisión latiendo según los valores fábrica. Impresionante los valores que tiró el crono-comparador a pesar de ser un reloj de varios años.
El tío Alberto anda cual James Bond luciendo su «DIVER 300» en toda regla, impecable como el agente doble cero y con licencia para matar haciendo tic-tac en la muñeca
